A principios de la década de 1880, se había comenzado a difundir la información de que había oro en algunos ríos de la Isla Grande de Tierra del Fuego.
En 1884, se encontró el preciado mineral en la costa norte del Cabo Vírgenes, en la ribera norte del Estrecho de Magallanes, lo que aumentó la fama de la presencia de oro en tierras australes.